miércoles, 15 de diciembre de 2010

Hoy tuve mi entrega de diplomas de séptimo, fue increíble, lo que sentí fue algo que nunca en mi vida lo sentí ni lo voy a volver a sentir, era mezcla de orgullo, felicidad y tristeza, tristeza de la separación de que ya no hay más primaria, pero lo que si esta es el recuerdo, el recuerdo de todo lo que vivimos en esa escuela, esa escuela que recuerdo y recordaré toda mi vida, esos compañeros, esas maestras y el ambiente en sí. 
Ver a todos gritando, llorando, y abrazandose fue algo muy fuerte, eramos todos unidos, eramos una familia, una gran familia, llena de recuerdos y cosas que habiamos vivido estos 7 años o más, es difícil, difícil digerir la realidad, porque verdaderamente hasta ahora no caigo, no caigo que no los voy a ver todos los días como era antes, no nos vamos a pelear por boludeces, no va a estar el pelotudo que hace los comentarios fuera de lugar, no va estar ese ambiente de confianza y seguridad, va a ver otro, otro muy distinto, la secundaria.

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